MANEJO DE CONFLICTOS "SEMANA 10"

 MANEJO DE CONFLICTOS


Aprendizaje esperado: Turnarme con mis amigos cuando queremos hacer cosas distintas.

INICIO

Algunas veces, queremos lo mismo que alguien más y esto puede hacernos sentirnos mal porque nos impide hacer lo que queremos. Por ejemplo, cuando queremos los mismos juguetes, el mismo libro o ser los primeros en la fila. Hoy aprenderemos qué podemos hacer en estas situaciones para sentirnos mejor y lograr lo que queremos.

DESARROLLO

Vamos a conocer la historia de dos amigos que se quieren mucho, pero que algunas veces no se ponen de acuerdo en qué quieren hacer juntos. Ellos se llaman Lola y Lalo.

LA HISTORIA DE LOLA Y LALO

Lola y Lalo son amigos de toda la vida. Viven muy cerca y han jugado juntos desde que pueden acordarse. Hay muchos juegos que les gustan, pero algunas veces no es fácil que se pongan de acuerdo en qué quieren jugar. Por ejemplo, hoy Lola quiere jugar a los superhéroes y correr persiguiéndose el uno al otro, tan rápido como si volaran. Hoy Lalo no quiere correr y preferiría estar quieto, jugando con un libro nuevo de laberintos y ejercicios que le gusta mucho. Lalo quiere que ambos jueguen con el libro, pero Lola quiere correr y jugar a ser superhéroes.

Lola trata de convencer a Lalo: "¡El juego de los superhéroes nos  gusta mucho!¡Siempre la pasamos  muy bien!"

Lalo le responde: "Es cierto, pero quiero llenar mi libro nuevo y estoy seguro que también la pasaremos bien con estos laberintos".

Lola: "Ese libro es muy aburrido!¡Yo quiero correr!"

Lalo: "¡La aburrida eres tú, que siempre quieres que hagamos lo que tu dices!"

Lalo y Lola se dieron cuenta de que se estaban enojando y recordaron que en el colegio habían aprendido a calmarse. Respiraron profundamente y Lalo propuso:

"¡Ya sé! ¿Por qué no jugamos ambas cosas? Juguemos a los superhéroes por un rato y luego jugamos con mi libro".

A Lola le gustó la idea. Comenzaron a jugar y corrían tan rápido que sentían que nadie les podía alcanzar. La estaban pasando muy bien. Después de un rato, Lola dijo: "Ya podemos jugar con tu libro. Estoy cansada de correr". Lalo se puso muy feliz y se fueron a un lugar tranquilo para resolver uno de los laberintos.

¡Estaba muy difícil! Ambos tomaron sus lápices y comenzaron a resolverlo al mismo tiempo. Sin embargo, sus lápices se cruzaban, sus manos chocaban, la ruta que marcaba uno era diferente a la del otro y se confundían. Comenzaron a empujarse para tener más espacio para hacerlo mejor. "Déjame a mí, yo ya sé como hacerlo". Y el otro respondía: "Yo también sé hacerlo; mi idea es mejor".

De pronto, Lola recordó que lo mejor era calmarse para no hacer ni decir cosas que les hicieran sentir mal, y dijo: "Ya sé! ¡Turnémonos! Primero, tú haces un laberinto, y luego yo hago otra actividad del libro".

Lalo estuvo de acuerdo y comenzó a resolver el primer laberinto. Hubo un momento en el que no supo que hacer y le pidió ayuda a Lola. Lola sólo le dijo por dónde pensaba ella que podía seguir y Lalo lo terminó. Luego, fue el turno de Lola. Ella escogió una figura en que había que unir puntos en orden.

¡Resultó ser un león! La pasaron muy bien, haciendo cosas que les gustaban a ambos y turnándose para compartir.


¿Qué aprendieron Lola y Lalo?

¿En qué situaciones Lola y Lalo tomaron turnos?

¿Por qué, a veces, es difícil tomar turno?

Anota tus respuestas en el cuaderno y envialas al correo 

berthalluvis @gmail.com

LOS TURNOS SON MUY IMPORTANTES PARA MANEJAR SITUACIONES EN LAS QUE NO PODEMOS PONERNOS DE ACUERDO SOBRE QUÉ HACER O CUANDO QUEREMOS HACER LAS COSAS AL MISMO TIEMPO.

 

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